Desde la antigüedad el ser humano ha cogido los recursos de la madre tierra para su favor, como el caso de las gemas. Esta han sido utilizadas para la sanación, regulación y bienestar del espíritu y alma.
Los antiguos egipcios utilizaban las gemas en sus momias, para que el espíritu de esta no escapara y pudiese llegar bien al otro mundo. Y últimamente se han estado apareciendo tratamientos médicos y estéticos con estas piedras.
¿Quién va a creer en realidad, que un par de piedras preciosas, pueden curar el mal estar emocional y espiritual? ¿Cómo creer que un par de piedras pueden hacer algo? Porque al fin y al cabo no son más que piedras ¿no?
Pues dejarme explicaros, que esas simples piedras están cargadas de energía y su función es equilibrar la propia que tenemos en nuestro cuerpo. En términos científicos, las gemas y cristales magnetizan sus pares en nuestro organismo, lo que hace que nos sintamos relajados y vitalizados.
En la estética se a empezado a utilizar, la Gemoterapia, con el propósito de regular los chacras y emociones, pero también para buscar el bienestar de nuestro cuerpo, no solo por fuera sino por dentro también.
En mi opinión, la gemoterapia es un mudo amplio y entretenido, por la variedad de piedras y sus funciones distintas, si funciona o no, no lo sé porque nunca lo he probado. Pero la idea de este nuevo empleo de las gemas, me parece maravillosa, por el hecho de que siempre miramos hacia fuera, dándole importancia al exterior y nunca nos fijamos en el interior.
Es bueno que con esto podamos tratar nuestro interior que tanto dejamos de lado. Además, si esta terapia ya la utilizaban los humanos en la antigüedad, más sabe el diablo por viejo que por diablo ¿no?
Artículo escrito por Zaira Higuera